Es aquella que cumple con las siguientes características:
a) Que implique un alto riesgo para la vida de la persona.
b) Que sea una enfermedad crónica y por lo tanto que su atención no sea emergente.
c) Que su tratamiento pueda ser programado o que el valor promedio de su tratamiento mensual sea mayor al determinado en el Acuerdo Ministerial de la Autoridad Sanitaria Nacional.